Actituds catalanes davant la Segona Guerra Mundial

Que el règim franquista no parés de reflectir amb insistència en els mitjans de comunicació el suport entusiasta de les masses a la política de Franco no significa que aquest element retòric no estigués degudament contrastat. Al contrari, el règim sabia i volia continuar sabent què pensava la població, primer pas per a exercir un omnipresent control social, previ a la repressió selectiva. Per això, dels diferents serveis de Falange, un dels que es va destacar més fou el d’Información e Investigación, amb els seus nivells local i provincial, encarregat d’elaborar informes secrets, ja fossin personals o sobre localitats o províncies, a més dels específics sobre fets polítics més o menys transcendentals. L’elaboració d’informes, però, no era exclusiva de Falange, ja que també n’elaboraven molts ajuntaments i de manera sistemàtica la Guàrdia Civil, amb partes mensuals.

En els informes, la veritat oficial havia de conviure amb la realitat, que evi dentment també podia ser deformada depenent de l’ull de l’informador. Tanmateix, el caràcter reservat feia que, grosso modo, reflectissin la realitat. Un bon moment per a copsar el paper d’aquest sistema informatiu són els difícils anys del 1944 al 1946. És a dir, els anys crucials en què el decantament de la Segona Guerra Mundial i la definitiva victòria dels aliats van posar en dificultats el règim i van obrir múltiples especulacions sobre el futur. Enfront de la veritat oficial, que assegurava que tothom confiava cegament en Franco i en la continuïtat del règim, els informes que mensualment realitzava la Jefatura Provincial de Falange Española Tradicionalista a Barcelona vivien de manera diferent els esdeveniments. Els reports del decisiu any 1944 començaren expressant com la població seguia els avenços militars dels aliats i com els interpretava, associant-los directament al futur del règim:

“La masa en general cree en un fin próximo de la guerra, con el triunfo de las naciones aliadas demócratas, por lo que ya se extralimitan en hablar en contra de nuestras instituciones y especialmente contra la Falange, la que esperan ver desaparecer próximamente. Se basan, según ellos, en que en el último discurso del camarada Arrese, manifestó éste que la Falange sería todo menos una dictadura, siendo una casa (sic) de esto la retirada de la División Azuly la amnistía política concedida.” (Informe del gener del 1944.)

Tres mesos després del desembarcament de Normandia s’afírmava:

“Con relación a los acontecimientos que se desarrollan en el extranjero, el ambiente de la población barcelonesa es francamente aliadófilo y se manifiesta contrario a la política actual de España. El rumor público es que Alemania está vencida y que la guerra en curso tendrá un final próximo y catastrófico para el Eje y sus amigos, entre los que sitúan a España. Entre los elementos rojos existe gran animación por el cariz que toman los acontecimientos y trazan un paralelo entre la victoria aliada y el inminente derrumbamiento de la política en España, basándose en que los rojos refugiados en Francia están siendo objeto de magníficos tratos e incluso desempeñando cargos públicos entre las fuerzas de resistencia francesa, que preside el General De Gaulle y bajo el amparo de las Naciones Unidas.” (Informe del setembre del 1944.)

Després del Manifest de Lausana de Joan de Borbó es fa una especial referència a les activitats dels sectors monàrquics:

“Es sorprendente la cantidad de monárquicos que de poco tiempo a esta parte han aparecido en Barcelona, distinguiéndose facilmente por formar grupos que se mueven activamente en su propaganda, así como por la crítica que hacen del Generalísimo y de Falange.

En este terreno cabe destacar los que a sí mismos se llaman ‘Juanistas’, o sea partidarios de D. Juan de Borbón y de Battenberg. Estos, sin embargo, no forman un grupo compacto, sino que se subdividen a su vez en dos ramas, integrada la primera por elementos de Renovación Española y la segunda por otros que bien pueden denominarse ‘monárquicos de última hora’ de la que forman parte personas procedentes de distintos partidos políticos en general y hasta algún separatista, los que, al parecer, tienen su sede en ‘Argos’, librería del P. de Gracia, dirigidos y orientados por el escritor Soldevila. Existe entre estas dos ramas una rivalidad manifiesta, calificando los primeros a los segundos de advenedizos y separatistas.” (Informe de l’abril del 1945.)

Durant els mesos que segueixen la capitulació alemanya (abril del 1945), l’efervescència política es documenta a bastament:

“Durante los primeros días de Mayo, debido a las sensacionales noticias que llegaban a nuestra ciudad, los rumores se multiplicaban, circulando toda clase de comentarios sobre el final de la guerra y las consecuencias que pudiera traer a nuestra Patria. (…) Ha habido numerosos comentarios en torno de una supuesta disolución de la Falange e implantación de una democracia, debido a las presiones aliadas.” (Informe del juliol del 1945.)

“En población como Barcelona en la que domina el elemento obrero, éste, tan pronto como recibe una noticia que pueda alentar sus esperanzas de cambio de régimen, la comenta regocijado e incluso a veces con insolencia propagando rumores y bulos de toda especie. El estar pendiente en el extranjero los asuntos de nuestras relaciones con las demás potencias, mueve al elemento obrero a mantener viva una fe en sus ideales antiguos que en tiempos recientes estaba aletargada y no se traslucía. Y este elemento que debiera estar contento ahora puesto que su vida material se ha mejorado de manera indudable con la concesión de ventajas que no las tuvo ni en el mismo régimen por él apoyado, no agradece la labor que se le hace o no se resigna a agradecerla. Sería quizá ilusorio el pensar que se ha conseguido que esas mejoras indudables y eficaces, la captación de elementos que no tienen en verdad otra ilusión política que la de mando y continuar manteniendo su credo político. El rebrote de asociaciones ilegales, tanto políticas como sindicales tan pronto como alguna de’ellas se destruye procesando a sus propagandistas y participantes, es índice de que el pensamiento político de la masa obrera no ha variado o varía con tanta lentitud que aún no se ha hecho visible su encauzamiento por la vía legal de nuestro Movimiento y nuestras organizaciones estatales.” (Informe del juny del 1946.)

La condemna de l’Organització de les Nacions Unides (ONU), que fou contestada amb quatre dies d’anticipació per una manifestació a la plaça d’Orient, tenia aquest contrast en la realitat barcelonina:

“Los elementos rojos, que tanto abundan en la provincia de Barcelona por su carácter evidentemente industrial, mantienen su esperanza en la ONU suponiendo que los acuerdos que ella adopte han de ser suficientes para que Franco abandone el poder en manos del llamado ‘Gobierno Giralt.’” (Informe del novembre del 1946.)

Però a poc a poc, els problemes interns a l’exili, sobretot entre monàrquics i republicans, i la superació dels moments més tensos amb l’ONU van fer veure als falangistes una minva de la tensió política, que quedaria tancada amb l’inici de la guerra freda.