La Ciutadella i la Barceloneta

Intervenció de la Ciutadella a l’urbanisme barceloní.

Entre les intervencions urbanes més rellevants del règim borbònic a Barcelona cal esmentar la Ciutadella i la Barceloneta. La Ciutadella es començà a construir l’any 1715, amb plànols i sota la supervisió de l’enginyer militar Jorge Próspero de Verboom. Va significar l’enderrocament de prop de nou-centes cases de la Ribera, una part molt notable del barri més popular de Barcelona. La ciutat va haver de pagar les obres de la nova fortalesa que, més que per a defensar els seus habitants, havia estat dissenyada per a reprimir-los, la qual cosa possibilità la identificació de la Ciutadella com a símbol de l’ocupació borbònica.

Pel que fa a la Barceloneta, el capità general marquès de la Mina, decidit a posar ordre en aquell barri de barraques de pescadors i cases de joc, va fer enderrocar els habitatges existents i construir-ne uns 700 de nous a partir del 1753, amb la mateixa alçària i amplària, pintats de color vermell i amb portes i finestres blaves. S’hi edificaren, també, dues places, una església i una font. El fet més rellevant d’aquest projecte, emprès per enginyers militars, executat amb brevetat i en un terreny de jurisdicció militar, fou que introduí criteris de racionalitat en l’urbanisme barceloní, que trobaren continuïtat en la urbanització de la Rambla a partir de l’any 1772.

Bernat Espinalt i Garcia, administrador principal del correu de València i membre de la Sociedad Económica de Amigos del País de Madrid, va descriure amb precisió la Barceloneta en la seva obra Atlante Español (1781): “A dos tiros de fusil de las Murallas de Barcelona, inmediato al Baluarte de San Carlos, y del Mar Mediterráneo, está situada la nueva, y hermosa población de la Barceloneta, de hermosa vista, y bella construcción: Todas sus veinte calles son rectas, desde cuyas plazas se ve el extremo de todas ellas: las casas son uniformes, y de igual altura unas y otras. Las plazas son dos: la principal se llama de San Miguel, y la otra de la Fuente, por haber en su centro una tan caudalosa, que no sólo provee al vecindario, sino que hacen en ella aguada muchas embarcaciones.

En la plaza de San Miguel está la Iglesia Parroquial dedicada a este Santo, con un Vicario anexo a la parroquia de Santa María del Mar de Barcelona: el Templo es hermoso, y quadrado, con siete Altares de bella arquitectura, todos dorados, y uniformes: en este Templo está el magnífico Panteón de mármol, y jaspes, con muchas molduras y adornos en que está enterrado el Excelentísimo Señor Marqués de la Mina, Capitán General del Principado de Cataluña, fundador de esta nueva Población, que tiene seiscientas cuarenta y tres casas, con ochocientos cincuenta vecinos, esto es, novecientos cincuenta hombres: mil cuarenta y cinco mujeres: ochocientos sesenta y nueve niños, y ochocientas veintisiete niñas: los más de estos habitantes se hallan empleados en el servicio, y tráfico de la Marina: Tiene dos Quarteles para un Regimiento de Infantería que los ocupa: dos escuelas públicas de primeras letras, y tres Alcaldes de Barrio, sujetos a la jurisdicción del Alcalde, o Ministerio del Barrio de Palacio de la Ciudad.

Su fundación fue el año de 1753, en que hallándose la Marina de Barcelona llena de una multitud de Barracas, desagradable a la vista, transformó aquel terreno en una hermosa Ciudad el Excelentísimo Señor Marqués de la Mina, Capitán General de este Principado, con permiso, y muchos caudales para ello del Rey Don Fernando VI y de otros particulares. La obra se empezó el día 3 de febrero: el día 8 de mayo del mismo año puso la primera piedra del Templo de San Miguel el Ilustrísimo Señor Don Manuel López Aguirre, Obispo de Barcelona, con asistencia del Marqués, como protector de la obra, que la aceleró tanto, que en veintiocho meses estaba concluida; habiéndose consagradado el Templo el día 29 de Septiembre de 1755 por el Ilustrísimo Señor Don Asensio Sales, Obispo de Barcelona”.